Finalizada la colada, acompañé a Jeff junto con dos amigas suyas a una tienda gigantesca de ropa de segunda mano en la que me compré un par de forros polares por 10 euros. El reencuentro’, ahora hemos conocido que ya están a la venta prendas con este mensaje. El resto del tiempo lo he pasado conversando con un chico tejano profesor de español y recorriendo el solitario y feo centro de la ciudad.